
3 Clases de negocio a efectos del control de los resultados
Tradicionalmente se ha considerado que existen tres sectores de actividad económica:
- El primario, que contempla la extracción de las materias primas, la pesca y la caza, la agricultura y la ganadería.
- El secundario, que se refiere a la transformación de productos, tanto artesanal como industrial.
- Y el terciario, que abarca todo tipo de servicios.
Sin embargo, para el control de la rentabilidad de un negocio es indiferente que se trate de una mina o de una fábrica, pues los dos elaboran un producto. O de un comercio de ropas o una correduría de seguros, pues los dos comercializan productos o servicios elaborados por otro.
En este sentido, los gastos están relacionados con los procesos que realizamos para poner un producto o servicio a disposición del consumidor.
Y en función de dicho proceso, podemos distinguir 3 tipos de negocio:
- El negocio de elaboración, de bienes o de servicios, se caracteriza porque a partir de unos componentes, que llamamos costes, crea y ofrece un bien o un servicio distinto de sus ingredientes. Y su proceso de elaboración puede medirse por el tiempo empleado o por las unidades producidas.
Es el caso de la agricultura, de la construcción y de la industria en general. Pero también el de muchas actividades profesionales.
- Las actividades de comercio, también de bienes o servicios, como una frutería o una correduría de seguros, se caracterizan porque compran y venden algo no elaborado por ellos. Y el proceso de recibir, clasificar, exponer y vender no suele medirse, ni en consecuencia se miden los gastos fijos que origina cada venta.
- En los servicios abiertos al público el producto es la propia instalación y las personas que realizan la actividad, y la mayor parte de los gastos se producen con independencia del número de usuarios que los utilizan.
Son de este tipo los hoteles y casas rurales, las academias, las guarderías y residencias, los gimnasios y los espectáculos.
Son habituales los negocios que compaginan la actividad de elaboración con la de servicios, como una cafetería en la que se comida y se comercializa bebida.
Y cada vez más frecuente las que combinan un servicio abierto al público con la comercialización de otros productos como los gimnasios o las tiendas de labores o papelería que a la vez ofrecen talleres de manualidades.
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